¿Por qué te interesa cuidarte los dientes? Si te cuidas los dientes, ayudarás a prevenir la formación de la placa
dental, que es una capa muy fina que se pega a los dientes. Tal vez no
te preocupe demasiado el hecho de tener placa dental, pero el problema
es que es muy pegajosa y actúa como un imán para las bacterias y el azúcar.
Como las hormigas en un picnic, las bacterias se enloquecen por el
azúcar que tienes en los dientes y lo descomponen en ácidos que
destrozan el esmalte dental, provocando la formación de unos agujeros en
los dientes denominados caries. La placa dental también provoca
gingivitis,
una enfermedad en la que las encías se enrojecen, inflaman y duelen.
Las encías son el tejido rosa y blando que tienes en la boca y que
sujeta los dientes.
Si no te cuidas los dientes, no tardarás mucho en tener caries y
dolor de encías. Lo pasarás mal al comer y, desde luego, no te apetecerá
mucho sonreír.
Antes de que se inventara la pasta de dientes
Tenemos una gran suerte de saber tanto sobre cómo cuidarnos los
dientes. Antiguamente, cuando la gente se hacía mayor, se le iban
cayendo los dientes a trozos, lo que era muy doloroso. Para librarse del
dolor de dientes, se los tenían que sacar. Al final, la gente aprendió
que era importante lavarse los dientes, pero todavía no se había
inventado la pasta de dientes. Mientras te lavas los dientes con tu
pasta de dientes con sabor a menta fresca, piensa en las cosas que
utilizaba antes la gente para lavarse los dientes:
- tiza o carbón en polvo
- zumo de limón
- ceniza (ya sabes, lo que queda tras un incendio)
- una mezcla de tabaco y miel.
¡Qué asco!
No fue hasta hace unos 100 años que alguien inventó una especie de
crema con sabor a menta para lavarse los dientes: la pasta de dientes.
El tubo de pasta de dientes no tardaría mucho en inventarse, lo que
permitió a la gente poner fácilmente la pasta en el cepillo de dientes.
La conducta de la lavarse los dientes se popularizó durante la segunda
guerra mundial. El ejército de EE.UU. daba cepillos y pasta de dientes a
los soldados, y éstos se lavaban los dientes dos veces al día. En aquel
entonces, los tubos de pasta de dientes se fabricaban con metal; los de
hoy son de plástico blando ¡y mucho más fáciles de manipular!
Hoy en día hay muchas pastas de dientes entre las que elegir, con
multitud de colores y sabores, y hay marcas especialmente fabricadas
para niños. Las personas que tienen los dientes bonitos anuncian pastas
de dientes por televisión y en las revistas. A la hora de elegir una
pasta de dientes, asegúrate de que contiene flúor. El flúor fortalece
los dientes y los protege de las
caries.
Para lavarte los dientes, no necesitas mucha pasta: con un poco de
pasta, del tamaño de un guisante, basta. No es una buena idea tragarse
la pasta, de modo que asegúrate de enjuagarte bien la boca después de
cepillarte los dientes y de escupir cuando hayas acabado.
¿Cómo puedes tener unos dientes sanos?
Los niños pueden cuidarse los dientes siguiendo los siguientes pasos:
- Lávatelos por lo menos dos veces al día -después de
desayunar y antes de acostarte por la noche. Si puedes, lávatelos
también después de la comida y después de tomar un tentempié dulce.
Lavarse bien los dientes ayuda a descomponer la placa dental.
- Cepíllate todos los dientes, no solamente los que están delante y se
ven más. Dedica un tiempo a los dientes laterales y a la cara interna
de todos ellos. No te cepilles las encías.
- Dedica tiempo a lavarte los dientes, por lo menos tres minutos cada
vez. Si te cuesta calcular el tiempo, utiliza un cronómetro o ponte una
canción que te guste para ayudar a pasar el tiempo.
- Pregunte a su dentista si un enjuague bucal antibacteriano de boca tiene razón para ti.
- Asegúrate de que tu cepillo de dientes es de cerdas suaves
(en el envoltorio pondrá si es suave, medio o duro). Pide a tus padres
que te cambien el cepillo de dientes cada tres meses. Las cerdas de
algunos cepillos cambian de color cuando toca cambiar de cepillo.
- Aprende a utilizar seda dental, lo que es muy importante para
mantener los dientes sanos. Las primeras veces que utilices seda dental
tal vez te resulte extraño, pero en poco tiempo te harás un experto en
su uso. Desliza la seda dental entre cada par de dientes adyacentes y a
lo largo de la línea de las encías. La seda dental permite eliminar los
restos de alimentos ocultos y llegar adonde no puede llegar el cepillo
de dientes por muy bien que uno se lave los dientes.
- ¡También puede cepillar la lengua para ayudar a mantener el aliento fresco!
También es importante que vayas al dentista dos veces al año. Aparte
de evaluar si tienes caries o enfermedades que afectan a las encías, el
dentista te ayudará a mantener los dientes superlimpios y tal vez te
enseñe a sacar el mejor partido del cepillo de dientes y de la seda
dental.
Para mantener los dientes sanos no sólo tienes que lavártelos bien y
utilizar seda dental -también tendrás que tener cuidado con lo que comas
o bebas. Recuerda que la placa dental está siempre esperando a que
llegue el preciado azúcar. Come abundante fruta y verdura y bebe agua en
vez de refrescos ¡y no te olvides de sonreír!