La salud se define como un estado de equilibrio y bienestar de
carácter físico, mental y social. Es decir, no se refiere sólo a la
ausencia de enfermedad. Por otro lado, también incluye a la eficacia
funcional propia de un organismo determinado.
La salud se clasifica de la siguiente manera:
SALUD FÍSICA: la salud física hace referencia a las
condiciones de funcionamiento y desarrollo propios de los sistemas que
componen al cuerpo humano. Si el organismo se desempeña de manera optima
y correcta, la salud física es buena.
Este tipo de salud puede ser afectada por tres factores esenciales:
Estilo de vida: aquí se incluyen la dieta llevada a cabo por el sujeto, la actividad física, las conductas, etc.
Biología humana: hace referencia a las características genéticas que
posee un individuo, las cuales escapan del control que éste puede tener
sobre ellas.
Medio ambiente: en esta categoría se incluye el entorno en el cual el sujeto desarrolla su vida habitual.
SALUD MENTAL: esta clase de salud alude al
equilibrio presente entre la persona y el contexto o entorno social en
que se ve inmerso. Una salud mental estimable es aquella en la que se
existe bienestar por parte del individuo en la participación
intelectual, laboral, y social del mismo.
La salud mental hace referencia a una armonía en la capacidad para
poder mantener relaciones con el resto, para enfrentar las exigencias
diarias óptimamente, etc.
SALUD SOCIAL: la salud social, como su nombre lo
manifiesta, indica la capacidad de un sujeto para interaccionar de
manera efectiva con aquellos que lo rodean y su ambiente. Hace
referencia a una habilidad para la adaptación al medio social en el que
se desenvuelve.
Ésta incluye una serie de destrezas de carácter social y armonía entre el individuo y el contexto.
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